jueves, 25 de febrero de 2010

23 de Febrero, Día del libro y de la cultura andaluza

El 23 de Febrero de 1502, miles de libros andaluces fueron quemados públicamente en la plaza granadina de Bil-Rambla, por orden del Cardenal Cisneros, en cumplimiento de los planes represivos...

Nación Andaluza

El 23 de Febrero de 1502, miles de libros andaluces fueron quemados públicamente en la plaza granadina de Bil-Rambla, por orden del Cardenal Cisneros, en cumplimiento de los planes represivos de los reyes castellano-aragoneses, Isabel y Fernando. Era un acto premeditado más en la larga cadena de actuaciones que, en flagrante incumplimiento de las Capitulaciones firmadas por ellos mismos diez años antes, pretendían acabar con todo vestigio de señas propias de nuestro pueblo. El españolismo, desde sus primeros balbuceos, ya mostraba sus bases sustentadoras imperialistas, opresivas y expoliadoras. Las que ha se han perpetuado hasta nuestros días. Y lo han hecho porque eso es lo que significa y conlleva cualquier España.

Aquel acto marcó el comienzo de la política genocida sistematizada mantenida por el españolismo contra el Pueblo Trabajador Andaluz hasta la actualidad. Genocidio tanto físico como identitario. Genocidio silenciado y falseado, mediante el que cientos de miles de nuestros antepasados fueron perseguidos, torturados, asesinados o expulsados por no rendirse ni resignarse. Por defender su tierra y su libertad. Por pretender seguir siendo andaluces y vivir como andaluces. Aquella mañana fueron destruidos alrededor de cuatro mil ejemplares de textos de toda índole. No solo obras teológicas, sino también filosóficas, históricas, literarias y científicas. La variedad e indiscriminación de contenidos demuestra la pretensión de acabar con todo vestigio y recuerdo del saber y la cultura andaluza. Se quemaban por representar la memoria escrita del pueblo. No se perseguía por razones religiosas sino políticas, económicas y sociales. Fueron las mismas actuaciones que se practicarían en América y por las mismas causas. El españolismo comenzó con la ocupación de Andalucía. Fuimos la primera colonia del imperialismo español y aún permanecemos siéndolo.

Prueba de la persistencia de acciones y comportamientos propios del más genuino neocolonialismo cultural es que algunas de las obras más valiosas, que fueron requisadas y conservadas bajo llave, permanecen hasta hoy fuera de Andalucía, en buena muestra del expolio cultural al que es sometido nuestro pueblo. Otros ejemplos se producen a diario en esos búnkeres de procesos de castellanización forzada, de negación de nuestro pasado y de nuestra existencia como pueblo, de adoctrinamiento españolista-capitalista, que el Sistema denomina escuelas, institutos y universidades. También se observan constantemente en esas maquinarias de embrutecimiento y desinformación social masiva llamados medios de comunicación. No es casual que en ellos se reprima y humille toda muestra de formas de ser y hacer propias. Que se menosprecien las distintas manifestaciones de singularidad y expresión popular, sustituyéndolas por sucedáneos impuestos. Que se niegue y se tergiverse nuestra historia o se ignore y menosprecie nuestra lengua, impidiendo su utilización.
Por todo ello, en el día en que se conmemora el inicio de la persecución cultural e identitaria sistematizada, hacemos un llamamiento a las individualidades y colectivos andaluces conscientes, a aunar fuerzas y esfuerzos para contrarrestarlo y combatirlo. A retomar la faceta pedagógica de la lucha, ya iniciara por Blas Infante, sabedores, como él, de que la recuperación del conocimiento de sí mismos conforma un elemento esencial de la reconstrucción nacional de nuestro pueblo en su camino de liberación.

¡Por Andalucía libre y socialista!

¡Por la liberación nacional y social del Pueblo Trabajador Andaluz!


Nación Andaluza – Comisión Permanente

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