viernes, 26 de febrero de 2010

Contra la mentira del 28-F: memoria, dignidad y lucha


Este 28-F tenemos que insistir de nuevo en que en Andalucía no hay Autonomía, sino una mera descentralización administrativa, dependiente y subordinada a lo que decida el Estado Español.

Fernando de Válor

www.kaosenlared.net/noticia/contra-mentira-28-f-memoria-dignidad-lucha


Contra la mentira del 28-F: memoria, dignidad y lucha.

Este 28-F de nuevo se vuelve a montar el circo de la "autonomía": se pronuncian discursos españolistas políticamente correctos, se tergiversa la historia, se confunde al pueblo andaluz, se saca a la calle toda la parafernalia de la autonomía de cartón-piedra, muy rica en símbolos y en apariencias pero muy pobres en realidades de autogobierno...

Nuestro Día Nacional es el 4 de diciembre, no el 28-F, por mucho que el gabinete propagandístico de Griñán y la caverna españolizadora intenten lo contrario. El Pueblo eligió el 4-D. El 28-F no es el día de Andalucía, sino el día de la mentira, mentira que se inventaron los políticos españolistas y colaboracionistas que festejaban -y festejan- que realmente Andalucía no era autónoma de verdad, gracias al artículo 151 de la Constitución continuista del franquismo, por el cual se encorsetaban hipócrita y bastardamente las aspiraciones nacionales y sociales de Andalucía, haciéndolas inexistentes política y jurídicamente, al mismo tiempo que dependientes de una artificial e impuesta "soberanía del pueblo español".

Andalucía tuvo el coraje de salir a la calle el 4-D del 77, primer Día Nacional y enfrentarse a los intereses del gran capital y del Estado Español, pero aún carecía de conciencia y vertebración, lo que aceleró el proceso de encorsetamiento y secuestro de nuestra soberanía nacional como andaluces que se confirmó el 28-F. Las aspiraciones de justicia y libertad que sentía el pueblo andaluz no se tradujeron de forma política consecuentemente con todo ese proceso, en el que las clases populares andaluzas expresaron claramente su rechazo a la dependencia y el subdesarrollo.

Lo único que se consiguió el 28-F es engañar al pueblo andaluz haciéndole creer que votar el 151 era votar por la Autonomía, cuando realmente esa autonomía no era tal, sino una mera descentralización administrativa. La autonomía no es concedida, no se otorga, como hicieron con Andalucía y con otros países de la península ibérica; la autonomía no se da, se consigue, es real y efectiva sólo si es realmente el pueblo andaluz quien manda sobre él, sobre sus asuntos, sus intereses, sus necesidades, sus recursos, su presente y su futuro. Exactamente lo contrario de lo que sucede hoy en el País Andaluz.

Lo que celebran precisamente los españolistas, los traidores, los colaboracionistas cada 28-F, es que efectivamente no hay autonomía, que esta pseudo-autonomía dependiente, sumisa y tutelada por el Estado Español no es autonomía. Celebran que no seamos una nación autónoma, que seamos clase obrera sometida y por eso todas esas loas al Rey nombrado por Franco, a España, a sus fuerzas de represión, a las supuestas bondades de las migajas y la humillación que constituyen las actuales administraciones coloniales andaluzas, administradas en beneficio del Estado y no del pueblo trabajador andaluz.

Este 28-F tenemos que insistir de nuevo en que en Andalucía no hay Autonomía, sino una mera descentralización administrativa, dependiente y subordinada a lo que decida el Estado Español y el mercado capitalista. Andalucía no es autónoma porque Andalucía, lejos de gobernarse a sí misma, no sólo es gobernada desde fuera por intereses espúreos y anti-andaluces, sino que ignora esto mismo. Ignora, cual obra de arte del españolismo, hasta qué es y cuál es su identidad, su cultura. En Andalucía no hay Autonomía porque no hay Soberanía del Pueblo Andaluz.

En Andalucía no hay Autonomía porque no hay un Poder Andaluz sujeto a la voluntad única y exclusiva de los andaluces y sí una situación de imposición y subordinación al Estado; no hay Autonomía porque no hay partidos de obediencia andaluza que remen hacia la liberación nacional y social y sí partidos españolistas que sólo piensan en rojigualdo o tricolor; no hay Autonomía porque no hay una educación andaluza, sino educación española (o españolista) en Andalucía. No hay Autonomía porque no disponemos de un canal propio de tv, sino el No&do del PSOE. No hay Autonomía porque el pueblo trabajador andaluz está impedido a acceder a sus propios recursos para ser autónomos por orden del Estado Español. Y así con todo. Enumerarlo equivale a un dossier bastante nutrido.

Andalucía no se rindió el 28-F, perdió pero no se rindió. La Andalucía Rebelde ha dado sobrados ejemplos de que sigue viva y está presta de nuevo a rugir, porque el día que Andalucía vuelva de nuevo a despertar, como lo hizo a finales de los 70, de los cantos de sirena del poder, Andalucía volverá a poner contra las cuerdas al Estado Español. Y no faltan razones objetivas y subjetivas para ello.

Este 28-F, los políticos españolistas van a volver a reescribir impunemente a su manera la historia del pueblo andaluz. Van a volver a contarnos ese cuento tan manido de que Andalucía ganó, cuando realmente perdió y mucho. Van a volver a contarnos los entresijos que se puedan contar de los pactos pasteleros entre traidores y opresores, como si fueran lo mejor que le hubiera pasado a Andalucía en su historia, como si fuese lo único que podía elegir el pueblo andaluz.

El 28-F que celebran los políticos españolistas traidores no es para recordar, sino para renovar la anestesia suministrada al pueblo andaluz y afirmar otro año más la dependencia, el subdesarrollo y la subordinación al Estado Español. El 28-F que festejan los españolistas traidores es lo que jamás hubieran festejado Blas Infante, García Caparrós, Diamantino García, Salvochea, Diego Corrientes, Lorca o los miles de andaluces que siguen resistiendo ante la opresión nacional y social. El 28-F que celebran hoy los españolistas traidores, es el 28-F que soñaron en aquel lejano 1980, los mismos que no querían oír ni hablar de la cuestión nacional andaluza ni de justicia social. Y tienen razones para celebrarlo: con toda la que está cayendo, que sigan ahí, tranquilos y confiados en sus poltronas, con un pueblo andaluz mayormente adormecido y anestesiado, les da toda la impunidad necesaria para seguir disfrutando de las prebendas que le supone la opresión nacional y social de Andalucía.

Estoy completamente persuadido y convencido de que Andalucía no se levanta con un millón de parados, ni diciendo el consejero de empleo que los andaluces se apuntan al paro "por solidaridad", ni dándoles palos a los trabajadores andaluces que exigen un empleo ante la gravedad de la situación; de que Andalucía no se levanta retrasando la edad de jubilación a los 67 años; de que Andalucía no se levanta con capitalismo; de que Andalucía no se levanta dejando en la cuneta y con el culo al aire a todo el pueblo trabajador andaluz; de que Andalucía no se levanta sin conciencia, con opresión nacional y social.

El 28-F que encaramos los independentistas andaluces es un 28-F de ruptura democrática, de afirmación nacional, de resistencia, de revolución, de trasladarle al pueblo andaluz la verdad sobre sí mismo y sus condiciones de existencia. Quizá sea un camino largo, lleno de incomprensión, incómodo incluso para muchos que dicen ser compañeros revolucionarios, pero es el único camino, y por tanto, el más corto.

La obcecada negación de los derechos nacionales y sociales de Andalucía por parte del Estado Español, la misma negación rabiosa y apresurada de la existencia de Andalucía como nación, prueba su existencia, su realidad, su potencialidad. Andalucía no posee una conciencia nacional fuerte no porque no exista, sino porque el bloqueo del españolismo a la toma de conciencia andaluza es total y brutal. Es ese mismo españolismo el que mantiene desvertebrada la sociedad andaluza, absolutamente alejada y marginada de la participación social transformadora.

Andalucía ya está sobrada de españolistas traidores, tripones, comodones, vividores del sudor ajeno...como para que los andaluces permanezcan por más tiempo anclados en la desidia y la sumisión. Andalucía necesita brazos para trabajar por ella, hombres y mujeres comprometid@s, honest@s, generos@s, que se levanten de una vez para defender la tierra propia, la libertad robada y negada de siglos, la identidad ocultada, la cultura prostituida y trivializada, para defender el socialismo y la revolución, la vida y el pan del pueblo trabajador andaluz. Para defender la Independencia Nacional, la Dignidad Obrera. Para defender en suma, un proyecto de vida junto a los restantes pueblos del mundo.

¡¡¡ VIVA ANDALUCÍA LIBRE Y SOCIALISTA !!!

Fernando de Válor.

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