lunes, 30 de julio de 2007

Pintan Desalojos

28.07.07

La Haine - Sevilla

El proximo 31 de Agosto cumplira el contrato de los artesanos del corral de la Calle Castellar. El flamante nuevo propietario de este conjunto de naves dedicados a la artesanía y la pequeña industria, les ha avisado de su decisión por burofax.

El proximo 31 de Agosto cumplira el contrato de los artesanos del corral de la Calle Castellar. El flamante nuevo propietario de este conjunto de naves dedicados a la artesanía y la pequeña industria, les ha avisado de su decisión por burofax.

Es este uno de los últimos corrales de artesanos de la zona. En el pasado los barrios de San Luís, San Marcos y San Julián habían estado poblados de numerosas pequeñas industrias de diferente tipo. Poco a poco los corrales han ido siendo desalojados, recalificados como suelos residenciales, para construir las viviendas de lujo que tanto han proliferado en la última década. Ahora parece que le toca el turno a Castellar, a pesar de las continuas protestas de la Plataforma del Artesanos del Casco Antiguo y de las buenas palabras del Ayuntamiento, los corrales de artesanos siguen apareciendo como suelos residenciales en el Plan General de Sevilla.

Septiembre parece ser que será también el mes en que se intente hacer efectivo el desalojo de Casas Viejas, espacio vecino del barrio. Este centro autogestionado, tras seis años de actividad en la ciudad, corre el riesgo de cerrar ahora sus puertas en el momento en que los propietarios del suelo han especulado ya bastante con su valor y quieren construir. Otro espacio autogestionado del barrio, la Casa de la Paz, se encuentra en riesgo de desaparecer, en el momento en que el propietario del local, viendo la revalorización que sufre la zona, ha decidido duplicarles el importe de su alquiler.

Si nos permitimos perder estos espacios vivos del centro-norte de la ciudad, estamos avanzando hacia un centro histórico que es cada vez más un mausoleo, un museo, un parque de atracciones para guiris. Un sitio donde no se vive, un conjunto de barrios muertos.

Sin embargo, estas amenazas no deben ser motivo de lamentos, son oportunidades, oportunidades de frenar la especulación y la transformación del centro en un no-lugar. Ahora más que nunca hace falta apoyar los espacios vivos y autogestionados del centro, ahora más que nunca hay que plantear resistencia, ahora más que nunca hay que gritar “un desalojo, otra ocupación”.

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