miércoles, 13 de junio de 2007

No en mi vecindario


La Haine - Sevilla

La derecha gana posiciones en el asociacionismo vecinal Sevillano.

Lejos queda ya la época del asociacionismo vecinal con fuerte presencia de las ideas de izquierda y vínculos con las luchas laborales y sindicales. La idea de la asociación de vecinos del barrio obrero, donde la mayor parte de los militantes provenían de ambientes sindicales o de cristianos de base y que se movilizaban para reclamar mejoras para sus barrios y polígonos parece quedar cada vez más para el recuerdo. La salida de las ideas obreristas de los barrios ha ido pareja a una involución de las asociaciones de vecinos. Gran parte de la responsabilidad de esta involución la ha tenido los partidos políticos que alguna vez fueron considerados de izquierdas, como PSOE y PA, que han luchado por copar estas asociaciones, y que son ya a menudo simples gestores de subvenciones sin ninguna base ni participación de los vecinos.

La dificultad de ocupar este espacio hoy día por parte de los movimientos de base de la izquierda extraparlamentaria es notable. Habría que cuestionarse incluso si todavía queda ese espacio que ocupar. En cualquier caso, estos movimientos que funcionan a nivel de barrio, tienden hoy día en Sevilla a orientarse a perspectivas ecologistas o asistencialistas, o a la creación de centros sociales que a menudo se encuentran desvinculados de la realidad de los barrios y cumplen una función más a nivel de ciudad o de comunidad política.

Sin embargo, lo más alarmante, quizás, es el ver como la derecha va creando su propio espacio de base dentro de los barrios, abanderando un asociacionismo vecinal de clase media acomodada. Y es un hecho que la derecha, cuando no la extrema derecha, esta ganando posiciones, por su presencia en la calle, en los medios y en la política local, dentro de un terreno que históricamente ha pertenecido a la izquierda.

No en mi vecindario

La principal diferencia con los movimientos vecinales históricos de la izquierda son las demandas que se realizan y las ideas que en estas subyacen. Si unos reclamaban el “traer” a los barrios, equipamientos, escuelas taller, espacios verdes, etc. ahora se reclama “quitar” de los barrios, o más bien de las zonas residenciales, todas aquellas actividades y personas que son vistas como negativas a los ojos de las clases medias y altas. Si antes subyacían ideas como la lucha contra el paro, mejorar la calidad de vida, defenderse contra la especulación, la identidad de clase obrera, ahora subyace una clara identidad de burgués asalariado que centra su discurso en la seguridad y en la expulsión de los indeseables de su vecindario.


Podríamos considerarlo una versión española de lo que en el mundo anglosajón viene a llamarse el “not in my backyard”, que aquí podríamos traducir por “no en mi vecindario”. El rechazo a la implantación de viviendas sociales, a centros de ayuda a drogodependientes, mezquita/s, contra la integración de los chabolistas, contra las putas, contra los ocupas y en un futuro no muy lejano contra la inmigración. Se trata de un rechazo que no cuestiona la existencia de los problemas sociales, ni propone acabar con ellos, solo alejarlos de su vecindario. El rechazo a todo aquello considerado indeseable por las clases acomodadas y que desvaloriza en sus barrios tanto el valor de uso como el valor de cambio de sus viviendas.


¿Quien y donde?

El intento de organización de este asociacionismo conservador se formalizó en la creación, hace aproximadamente un año, del CASI Plataforma Vecinal Independiente, buscando unidad en la oposición al gobierno del PSOE-IU en la ciudad, pero abanderando iniciativas e ideas de carácter conservador o directamente reaccionario. También creando un contrapeso a la Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos, claramente controlada por el PSOE. La primera acción de esta plataforma fue una manifestación contra la política municipal en Diciembre del 2005 bajo el lema “mezquita no, servicios si”, reclamando también seguridad ciudadana, mas limpieza, etc.


Desde estas asociaciones se esta dinamizando una critica al gobierno de centro izquierda, que gira entorno a los ejes anteriormente señalados, y forjando una alianza en la practica entre PP y PA, con claras miras a las próximas elecciones municipales.


Este tipo de asociaciones se nutre de la figura del burgués asalariado, con ingresos medio altos, y una posición acomodada en la sociedad. Individuo que se moviliza para defender su propiedad y su comunidad, pero que sobre todo delega en figuras concretas que se manejan con los medios y los políticos, dependiendo en gran medida de personalismos y contando con escasa participación en su realidad cotidiana.


Surge principalmente en barrios de clases medias o medias altas, como Bermejales, Bami, Porvenir, Los Remedios o algunas zonas de Sevilla Este, pero también en barrios progresivamente aburguesados como San Luis, con la Asociación de Vecinos y Comerciantes Pumarejo-San Luis.


De los Bermejales al Pumarejo


Desde los Bermejales al Pumarejo estas asociaciones tienen abierto frentes para la erradicación de los miserables. En Sevilla Este, tenemos a la Plataforma contra el actual establecimiento de una sede social de Remar, Rehabilitación de Marginados. En el Pumarejo, un barrio que se tiene en Sevilla por ser de los más combativos desde la izquierda, la Asociación de Vecinos y Comerciantes, de reciente formación, gana posiciones frente a la asociación de vecinos de toda la vida, y convierte en su caballo de batalla la demanda de desalojo de los centros sociales ocupados de la zona. Uno de los episodios más lamentables de este nuevo asociacionismo han sido las recientes protestas contra la construcción del carril-bici, que suprime aparcamientos y entorpece el tráfico.


Pero sin duda el paradigma de este tipo de asociaciones es Bermejales 2000, que desde su creación a estado luchando por la expulsión de los chabolistas de la zona, contra la creación de un centro de asistencia social y desde hace unos años contra la construcción de una mezquita. Bermejales 2000 no se corta un pelo al exponer las razones de su rechazo a la mezquita, afirmando que son un nido de terroristas islámicos o que fomentan la inseguridad ciudadana, dado que “el30% de los delincuentes extranjeros detenidos son marroquíes y el Instituto Nacional de Estadística ha determinado que uno de cada tres inmigrantes argelinos en España ha sido detenido”. Tampoco se cortan en sus acciones, llegando a escenificar la matanza de un cerdo en el solar donde se proyecta la mezquita con la intención de convertir en impuros los terrenos. Esto es un buen ejemplo del tipo de colectivos a los que nos enfrentamos.

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