miércoles, 13 de junio de 2007

Un combatiente nazi noruego a las ordenes de Hitler puede estar refugiado en Marbella


Erllano.org

Se llama Fredrik Jensen, 93 años, el único extranjero que recibió la cruz de oro que concedía Hitler. «Crónica» le localiza en la costa camuflado como un jubilado más. La sospecha: él pudo ayudar a huir de España al buscado «doctor Muerte».

Las temidas SS, a las que perteneció Fredrik Jensen, era el cuerpo de elite del Ejército nazi, la guardia personal de Hitler.

La red de amigos en España de Aribert Heim, más conocido como el doctor Muerte, y el criminal nazi más buscado del mundo, era mucho más amplia de lo que parecía en un principio. En 2005 la Fiscalía de Baden-Baden descubrió envíos de dinero desde las cuentas de la familia de Heim a Palafrugell, una pequeña localidad de la Costa Brava catalana. Tanto la Unidad de Delincuencia y Crimen Organizado (Udyco) como los Mossos d'Esquadra se aplicaron en localizar a este hombre que hoy cuenta 92 años y no pasa desapercibido con su 1,94 de altura.

El último refugio en España del nazi más buscado del mundo, Aribert Heim, el siniestro doctor Muerte del campo de concentración de Mauthausen, pudo haber estado en Marbella, en la lujosa urbanización Los Belbederes, en el apartamento número 7 del Nordic Royal Club. Se trata del domicilio de otro criminal de guerra nazi, el noruego Fredrik Jensen, laureado con la cruz de oro nazi. Jensen cuenta en la actualidad con 93 años, sólo uno más que Heim. Y de hecho, pudieron coincidir en alguno de los regimientos alemanes porque, tras su paso por Mauthausen, Heim se incorporó a los batallones de combate de las Waffen-SS, el ala militar de la temible guardia personal de Hitler.

La policía recibió en Barcelona una pista. Uno de los sospechosos de haber dado cobertura a Heim era nada menos que Jensen. Eso puso el foco de algunos de los investigadores sobre el antiguo nazi noruego. De hecho, originalmente llegaron a pensar que Jensen y Heim eran la misma persona. Los responsables de la investigación aseguran que durante su vigilancia de la casa de los Jensen, los anfitriones recibían visitas frecuentes de un invitado de avanzada edad y muy elevada estatura, pero no pudieron identificarlo como Aribert Heim. En la actualidad, tanto la policía alemana como el Centro Wiesenthal consideran que Heim se esconde en Chile, en las propiedades de su hija Waltraud Bösser en la zona de Puerto Montt.

A Heim se le atribuyen no menos de 500 asesinatos en el campo de concentración de Mauthausen, en Austria, la mayoría cometidos por su propia mano, experimentando con pacientes vivos, durante las escasas cinco semanas que estuvo destinado como médico del campo. Hasta el 60% de sus víctimas podrían ser republicanos españoles, ya que en el momento en el que Heim estuvo en Mauthausen, los españoles representaban ese porcentaje de la población reclusa del campo.

Mientras, prosigue la búsqueda del monstruo de Mauthausen, Jensen disfruta de su exilio dorado en Marbella, sólo empañado por el debilitado estado de salud de su mujer.

Jensen sirvió en varios regimientos de las Waffen-SS durante la II Guerra Mundial, como la SS-Panzergrenadier-Regiment 2 Der Führer; SS-Panzer-Division Das Reich; SS-Panzergrenadier-Regiment 9 Germania y, finalmente en la SS-Panzer-Division Wiking.

El Partido Nazi noruego ascendió al poder en 1942. Su líder, Vidkud Quisling, era mucho más radical que sus colegas alemanes. De hecho, Quisling se planteó como objetivo la deportación de todos los judíos de Noruega, algo que ni siquiera los alemanes habían soñado. Se le considera responsable del asesinato de 762 noruegos de confesión judía que perecieron en los campos de concentración alemanes.

Pero quizá el caso más conocido sea el del barco MS Donau, que transportó al mayor contingente (532 personas en noviembre de 1942) hacia Auschwitz. Casi todos murieron, bien asfixiados con gas o tras trabajos forzados. Quisling fue depuesto en 1945 y ejecutado por traición.

Mientras tanto, la gloria de Jensen iba aumentando tanto en Noruega como en la propia Alemania. No era habitual que un extranjero, por ario que fuera, recibiera la máxima condecoración concedida por Hitler. Jensen se había convertido en un auténtico héroe para los nazis, especialmente por su condición de combatiente de primera línea.

El final de la guerra en 1945 fue distinto para ambos nazis. Heim pasó unos meses en un campo de concentración. Ya en libertad, recuperó su vida en Baden Wurtemberg, donde abrió una clínica de ginecología y obstetricia. Desde 1947 hasta 1960 vivió cómodamente en su ciudad. Era, además, una celebridad jugando al hockey. Sin embargo, cuando uno de los fiscales encargados del proceso a los médicos revisó su expediente, a principios del año 60, las autoridades alemanas fueron conscientes de las atrocidades cometidas aquellas cinco semanas en Mauthausen. Y decretaron la inmediata detención de Heim. Desde entonces, y a pesar de los esfuerzos de las fuerzas del orden de todo el mundo y de los del Centro Wiesenthal, sigue oculto.

Jensen, por su lado, pasó un tiempo recluido en un hospital militar de Viena, para ser luego internado en la prisión que los americanos habían instalado en el antiguo campo de concentración de Dachau. Tras 10 años, fue liberado y se trasladó a Suecia, donde hizo fortuna con una compañía de maquinaria industrial.

JUBILACION DORADA

El antiguo jerarca nazi noruego consta en los archivos de Interpol como criminal de guerra. Por esa razón fue detenido y deportado a EEUU en 1994. Pero logró librarse. Él y su mujer Karin de hecho se comportan en Andalucía como una pareja de jubilados con posibles, encantadores con sus vecinos, la mayoría de la misma procedencia geográfica que ellos: suecos, noruegos, daneses y alemanes.

Incluso se permiten conceder entrevistas a medios locales de la Costa del Sol publicados en noruego. En una de esas entrevistas, el matrimonio asegura que a la vuelta de uno de los viajes de negocios de Friedrik Jensen, su esposa Karin le tenía preparada una sorpresa: había comprado un apartamento en Marbella, un lugar del que el antiguo criminal nazi asegura que no había oído hablar. Cuando acudieron a Marbella se encontraron que la vivienda era demasiado pequeña para sus expectativas, porque tenían dos hijas. Así que decidieron adquirir un terreno y construir una vivienda de 800 metros, a la que se trasladaron definitivamente a finales de los años 70.

Sin embargo, cuando Jensen se jubiló, decidieron venderlo todo y mudarse a un apartamento en Los Belvederes (300 metros). Sin embargo, en 1995, Karin Jensen sufrió una apoplejía que le impedía seguir viviendo en un tercer piso sin ascensor. Su marido, mientras ella estaba hospitalizada, encontró un piso en el nordic Royal Club. El propietario anterior había pasado mucho tiempo en silla de ruedas y la vivienda estaba adaptada a las necesidades de una persona discapacitada.

LAZOS CON OTROS NAZIS

Los expertos en la localización de criminales de guerra nazis consideran que Jensen jamás ha renunciado a su ideología. No se conoce ninguna ocasión en que abjurara de los idearios de las Waffen-SS. De hecho, se considera que se mantiene en contacto con círculos neonazis y negacionistas del Holocausto. Señalan a dos refugiados que viven desde hace tiempo en Benalmádena: el alemán Herbert Schaefer, cuyo pasado nazi trascendió después de que uno de los cuadros de su colección expuesto en la Universidad de Yale fuera reclamado por un superviviente del Holocausto; y el austriaco Theodor Soucek, un revisionista vinculado al legendario Otto Skorzeny, liberador de Mussolini y al que se atribuye la dirección de ODESSA que refundó de forma clandestina el partido nazi en Austria y fue condenado a muerte por ayudar a antiguos SS a huir a España y Latinoamérica en 1948. La pena le fue conmutada y finalmente Soucek huyó a España, donde ha escrito buena parte de los manuales de doctrina neonazi publicados en los países europeos de lengua germánica.

Schaefer tiene fijada su residencia en la avenida del Mar de la pedanía de Arroyo de la Miel, en Benalmádena (Málaga). Soucek, vive en la misma zona, en la urbanización Xanadú. Ambos fueron investigados en su momento para ver si dieron refugio a Aribert Heim en 2005, cuando todos los indicios apuntaban a que se ocultaba en España y su captura parecía prioritaria.

A pesar de que en la entrevista dada en 1999 a la publicación local para ciudadanos nórdicos de la zona se presentan como una ingenua pareja de jubilados -no hay referencia alguna al pasado nazi de Jensen-, las medidas de seguridad de las que se han venido rodeando desde que se trasladaron a Marbella son considerables. De entrada, viven en urbanizaciones privadas cuyo paso está vedado al público en general y al que sólo pueden acceder los vecinos y el servicio. Tanto es así, que fue imposible contactar con ellos para obtener imágenes. Entre otras cosas, porque ni siquiera tienen teléfono. En su domicilio, el apartamento 7 del Nordic Royal Club de Los Belbederes, no consta teléfono. Simplemente dejan un número de contacto, que pertenece a unos bajos de la Urbanización La Alzambra Villas y cuyo titular es un ciudadano paquistaní, Khalid Mahmood. Además, ambos son miembros de Helicópteros Sanitarios, «así tienen garantizados sus tratamientos médicos».

Cuando Crónica se puso en contacto con la publicación de la Costa del Sol para que nos cedieran las imágenes de la entrevista realizada hace ocho años, la publicación consideró que debía pedir permiso a los Jensen para ceder las fotografías. La pareja noruega se negó en redondo.

EL VISITANTE

No consta que el visitante alto que durante el mes de enero apareció por la casa de los Jensen fuera Aribert Heim. Pero hay quien lo teme. Especialmente los investigadores. Hace dos meses, convencidos de que Heim se escondía en la Costa Brava, efectivos de la policía alemana y de la Interpol se desplazaron a Sitges. Pero el anciano había volado, rumbo quizá a Chile, donde se hallaría bajo la protección de su hija mayor, Waltraud Bösser, de 63 años, fruto de una relación extramatrimonial.

El tribunal de Baden-Baden remitió a finales del pasado verano un exhorto a la Corte Suprema chilena para interrogar a Bösser, a su marido y a sus hijos, que viven en el número 579 de la calle Panamericana Sur, en Puerto Mont, ante el convencimiento de que la hija del criminal de guerra conoce el paradero de su padre. En el exhorto se afirmaba que la madre de Waltraud, Gertrud Brösser, declaró en 1997 que su hija se hallaba postrada en una cama en Austria porque sufría una afección cardíaca y obesidad mórbida. No obstante, se encontraba en Chile en perfecto estado de salud, lo que levantó las primeras sospechas.

La madre de la hija de Heim aseguró ante las autoridades judiciales que únicamente había visitado en una ocasión el país chileno. Por contra, las investigaciones demostraron que había viajado a este país sudamericano en, al menos, 18 ocasiones entre 1982 y 1992. Los viajes de Waultraud, uno de los tres hijos del doctor Muerte, también han sido minuciosamente revisados. No en vano cogió medio centenar de vuelos a diferentes países europeos entre 1979 y 2005. Esta mujer llegó a Chile a principios de los 70 por un programa de intercambio estudiantil. El 30 de enero de 1978, se casó en Austria con el constructor chileno Iván Diharce Navarro. Fuentes cercanas a la investigación explicaron a este diario que la policía alemana ha intentado interrogar hasta en tres ocasiones a la hija ilegítima de Heim, pero ésta ha evitado que le tomen declaración.

Las citadas fuentes señalaron que los investigadores que se desplazaron a Chile en marzo abandonaron el país hace escasos días y se dirigieron a Buenos Aires. Todo apunta a que podrían haber contactado con las autoridades argentinas para evitar una posible fuga no sólo de Waltraud Bösser sino del propio doctor Muerte. La agencia de detectives Método 3, que ofreció sus servicios de forma desinteresada al centro Simon Wiesenthal, localizó hace meses a la hija ilegítima de Heim.

¿Podría el nazi Jensen aclarar dónde se oculta el doctor Muerte? Quizá.¿Querría hacerlo?

En la Costa del Sol, Madrid, Denia...

España fue un refugio de nazis desde el final de la II Guerra Mundial. Esa es la principal conclusión a la que ha llegado el profesor hispanoalemán de la Universidad de Marburg Carlos Collado Seidel tras años de investigaciones. Autor de España, refugio nazi, afirma que, tras la rendición de Alemania, se planteó un serio dilema a las autoridades franquistas.

La consideración de país neutral, pero con una más que sospechosa colaboración con la Alemania nazi y con la Italia fascista obligaba a las autoridades a intentar lograr el favor de los Aliados colaborando en aquello que solicitaran. Pero por otro lado, la deuda de gratitud con el III Reich, especialmente por su participación en la Guerra Civil española con unidades como la Legión Cóndor, llevó a buena parte de los dirigentes franquistas a proteger a los refugiados nazis que lo solicitaran.

El caso más espectacular lo protagonizó, a juicio del profesor Collado Seidel, Léon Degrelle, líder del movimiento belga nazi Rex y jefe de la Legión valona de las Wafen-SS. En 1944 aterrizó con un destartalado avión en la playa de La Concha en San Sebastián. Tras un tira y afloja con los aliados, Degrelle se instalaría en Marbella bajo la protección del falangista José Antonio Girón de Velasco. No sería el único nazi destacado que acabaría en la Costa del Sol. Collado incluye en su lista a Hans Hoffmann, el intérprete de Joachim von Ribbentrop, ministro de exteriores de Hitler. Acabó sus días en la costa malagueña convertido en un próspero promotor inmobiliario.

El criminal de las SS Wolfgang Juggler sigue viviendo en Marbella y las últimas noticias sobre el general de las SS Otto Bremer también le sitúan allí. En Madrid se instaló Otto Scorzeny, el libertador de Mussolini y pieza clave de la supuesta organización Odessa, que ayudaba a huir a los criminales nazis. Además, los puertos españoles fueron escala obligada para muchos de los que iban a América del Sur desde la costa italiana. Dènia (Alicante) también acogió a destacados criminales, como el comandante de las Waffen-SS, asesino de mujeres y niños, Anton Galler, fallecido en 1995. La leyenda sitúa en Dènia a Martin Bormann, jefe de la cancillería mano derecha de Hitler.

10.Junio.07 x Agencias

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